17 enero de 2023
¿Cómo funcionan los gastos de difícil justificación en el IRPF?
En este artículo vamos a explicar el funcionamiento de lo que se conoce como gastos de difícil justificación y sus implicaciones en materia fiscal para los autónomos.
¿Qué son los gastos de difícil justificación?
Un gasto deducible es aquel gasto vinculado completamente a la actividad y que cuenta con su correspondiente factura. Sin embargo, cuando los gastos incluyen una parte profesional y otra personal y, por tanto, la vinculación del gasto a la actividad no es completo, tenemos los que se conoce como gastos de difícil justificación.
El critierio aplicado para diferenciar entre gastos deducibles y gastos de difícil justificación es determinar si el gasto no se puede vincular de forma inequívoca a la actividad, o dicho de otro modo, que aparezcan dudas sobre su posible uso personal.
Algunos ejemplos comunes de este tipo de gastos pueden ser los siguientes:
- Teléfono: cuando la línea se utiliza tanto para uso personal como profesional.
- Coche: cuando su uso se comparte entre la actividad y el uso personal.
- Gastos de suministros en vivienda si se trabaja desde casa: si demuestras que una zona de la vivienda la usas para trabajar, se puede deducir el 30% del suministro de la parte proporcional de la vivienda dedicada a la actividad.
Reducción por gastos de difícil justificación
La normativa fiscal establece una reducción del 7% (a partir de 1 enero 2023, anteriormente era 5%) aplicable sobre el rendimiento neto de la actividad en el último ejercicio fiscal. Para poder aplicarla se debe tener en cuenta los siguientes requisitos:
- Pertenecer al régimen de estimación directa simplificada.
- Tener un rendimiento neto superior al gasto.
- Cifra de negocios inferior a 600.000 euros en el ejercicio anterior.
El límite anual para la reducción se sitúa en 2.000 euros. Dicho límite no se ha modificado entre 2022 y 2023 (a pesar de modificar el porcentaje del 5% al 7%).